BALD & BEAUTIFUL

Bogotá-based writer and culture critic Juliana Abaúnza Jaramillo laments her nearly hairless youthful years, while bold collages from artist and photographer Frank Frances celebrate varied tastes in coiffures.

La escritora y crítica cultural colombiana, Juliana Abaúnza Jaramillo, lamenta sus años juveniles en los que casi no tenía cabello, mientras que los atrevidos collages del artista y fotógrafo Frank Frances celebran gustos variados en peinados.

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I WAS BORN with a big head and three thin strands of hair on it. Calling them “hair” might be too generous; they were more like fuzz. My mom, on the other hand, had an immense mane—it was the ’80s after all. The pictures where I’m in her arms are a study in contrast: a happy woman with lush hair, and by her side a bare- headed, sad baby.

Seeing as my hair follicles could only produce near- invisible hair, my mom decided to try a popular theory. The theory states, and according to Google this has no scientific basis, that in order to make hair grow thicker and abundantly, getting a buzz cut is the answer.

NACÍ CON una cabeza grande y tres pelos delgados en ella. Llamarles pelos es ser muy generosa; eran más bien pelusas. Mi mamá, en cambio, era una mujer con una melena inmensa: estábamos en 1987 y era la moda. Las fotos en las que estoy en sus brazos son un estudio de contrastes: una mujer feliz con cabellera frondosa y a su lado una bebé triste con una cabeza calva.

En vista de que mis folículos capilares solo producían pelitos casi invisibles, mi mamá decidió poner a prueba una teoría popular. La teoría, que según lo que heleído e investigado en búsquedas rápidas de Google no tiene ningún sustento científico, dice que para hacer que el pelo crezca más grueso y abundante, raparse es la solución.

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How long was I bald? I couldn’t tell you exactly. In my mind this lasted for almost a decade. If you ask my mom, she might tell you that it was three years and that’s it.

But since I love being dramatic, we’ll stick to my version.

In my version, I dreamt of having hair so long that I could throw it through my window like Rapunzel,

but my evil mother denied this wish. Every couple of months, she took me out of my tower and carried me to the hair salon––or, dare I say, torture chamber––where they separated me from the few hairs which adorned my head. Defeated and yet again bald, I returned to the tower, my favorite place, where I could live in my long- haired fantasy world.

¿Durante cuántos años estuve rapada? No sabría decirlo con exactitud. En mi cabeza fue casi una década. Si le preguntan a mi mamá, ella tal vez les diga que fueron 3 años nada más. Pero como me gusta el drama, nos quedaremos con mi versión de los hechos.

En mi versión, soñaba con tener el pelo largo para sacarlo por mi ventana como Rapunzel, pero mi malvada madre me lo negaba. Cada par de meses, ella me sacaba de mi torre y me llevaba a una peluquería (¿o debería decirle cámara de tortura?) donde me separaban de los pocos pelos que adornaban mi cabeza.

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I used old T-shirts to resemble the hair I imagined having, and I decorated it with headbands, clips, scrunchies and any hair accessory I could get my hands on. My imagination was so powerful that I swear I could feel every hair thread in my hands, and I pretended to brush it with love, and the brushing felt real.

My mom now tells me she felt a mix of laughter and pity seeing me like that, a bald child with T-shirts on her big head playing as if she were Rapunzel. But my mother remained resolute and gave me a buzz cut as many times as she felt it necessary.

Derrotada y calva, volvía a la torre, que era mi lugar favorito porque allí vivía en un mundo de fantasía donde sí tenía el pelo largo.

Para imitarlo y vivir las aventuras que imaginaba, me ponía camisetas viejas en la cabeza y las decoraba con diademas, ganchos, colitas y cualquier accesorio para el pelo que encontraba. Mi imaginación era tan pode- rosa que podía sentir cada hebra en mis manos como si fuera pelo real y lo peinaba con amor.

Mi mamá ahora me dice que le daba una mezcla de risa y pesar verme así, una niña calva y cabezona, con camisetas en la cabeza, mientras jugaba a que era Rapunzel. Pero ella estuvo firme en su decisión y las veces que consideró necesario me rapó.

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that reaches almost to my buttocks, I sometimes look to the horizon and wonder: Was my mom right? Is every scientist in the world wrong and does shaving

hair make it grow thicker? Was all that hairless suffer- ing worth it? Was being bald a key part of my upbring- ing, and one of the reasons that I am who I am? The answers to these questions are: Yes. No. Yes, but it wasn’t as many years as I thought. And yes, of course, my relationship with hair (or lack thereof) made me who I am.

Hair says a lot about us; it builds identity, and it is a symbol that can have many meanings (sexual, religious, social, economic). I am sure that I wouldn’t be an adult that thinks about identity, hair, and gender roles if my mom hadn’t made the decision of removing hair from my head 33 years ago. Thanks, Mom. Me and my hair love you.

Ahora que estoy en mis 30 y tengo una melena abundante que me llega casi a las nalgas, a veces miro al horizonte y me pregunto: ¿Tuvo mi mamá la razón? ¿Estarán todos los científicos del mundo equivocados y afeitar el pelo sí hace que crezca robusto y abundante? ¿Valió la pena el sufrimiento de esos años sin pelo? ¿Fue ser una niña calva parte importante de mi for- mación y una de las razones por las que soy como soy? Las respuestas a estas preguntas son: Sí. No. Sí, pero no fueron tantos años como yo creo. Y sí, claro que mi relación con el pelo (o la falta de él) construyó parte de lo que soy.

El pelo dice cosas sobre nosotras; es un constructor de identidad y un símbolo que puede tener múltiples sig- nificados (sexuales, religiosos, sociales, económicos).

Estoy segura de que no me habría convertido en una adulta que reflexiona sobre identidad, pelo y roles de género, si mi mamá no hubiera tomado la decisión de quitarme los pelos de la cabeza hace 33 años. Gracias, Mami. Mi pelo y yo te amamos.


Juliana’s first book of short stories and essays will debut in early 2021.

El primer libro de Juliana, de historias cortas y ensayos, debutará a principios de 2021.

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